Historia de Iglesia Manantial de Vida

Transcurría el año 1957 en la ciudad de Córdoba, aquella ciudad conocida como la de las campanas, pero ahora transformada por un fuerte desarrollo industrial impulsada especialmente por las fábricas de aviones, automóviles, enormes talleres ferroviarios, entre otros, y una población de 550.000 habitantes. Esta ciudad acogía la llegada de un misionero norteamericano llamado Felipe Saint, que junto a su esposa Ruth y 5 hijos, se establecieron en la zona norte de la ciudad, en barrio Villa Centenario, y nada menos que en la calle cuyo nombre hoy es Luisa Martel de los Ríos, nombre de la esposa del fundador de la ciudad (pero en aquella época se llamaba calle Víctor Manuel).

Al año siguiente compró una propiedad, donde no solo fue su vivienda por muchos años, sino que también en la esquina de la misma construyó un pequeño salón para funcionar como una iglesia y comenzó así un ministerio muy fructífero en cuanto a la extensión de la Palabra de Dios. Por muchos años enseñó la Biblia a niños, jóvenes y mayores; su obra sigue en la actualidad, en ese lugar continúa una iglesia cristiana de Hermanos Libres. Es de destacar que este siervo de Dios fue también un verdadero artista, recorrió todo el país, y otros países, invitado por las iglesias, donde además de su gracia especial para transmitir la Palabra de Dios, la acompañaba con sus famosos dibujos que realizaba con tizas sobre lienzos frente a un público que disfrutaba de los dibujos y de la enseñanza.

Fue durante los años 70, en sucesivas reuniones de pastores que venían a esta ciudad, que comenzó un mover de Dios y una búsqueda del bautismo y dones del Espíritu Santo, motivo que junto con otras familias de su congregación original se vieron obligadas a dejar esta propiedad al lado de su casa. Distintos pastores de la época como Milton Pope, Augusto Ericsson, Ángel Negro, Keith Bentson, entre otros, a través de sus enseñanzas trajeron un mover espiritual que con el tiempo se denominó a las distintas iglesias que adhirieron y se fueron estableciendo como Comunidad Cristiana.

En el año 1974 Felipe Saint acompañado por Catalina Florit, y las familias de Juan y Margarita Crapa, Elemir Minin, Ricardo y Margot Huck, Héctor y Ofelia Tallarico, Alfredo y Élida Hotton, comenzaron reuniones. Comenzaron en la casa de los Hotton, en el barrio Villa Centenario, y se continuaron por varios años. Con el correr del tiempo se agregaron a este grupo inicial otros hermanos, la familia Sondón, Félix Giménez y familia, Roberto Pérez con su acordeón, la familia Cepeda, Lione, Sciarillo y otros.

Jóvenes 1978

Simultáneamente otras iglesias comienzan a acompañar este movimiento de renovación espiritual, siendo la iglesia del barrio Residencial América una de las más cercanas y a quien muchos hermanos solían ir a sus reuniones los domingos por la noche, por más que en la mañana se había tenido la reunión propia, pero fue muy fuerte el deseo de querer recibir y aprender más sobre los dones del Espíritu Santo, recordando con mucho afecto a los pastores de esa congregación, Ángel y José Crucianelli, junto a José y Nelly Romera. En marzo y junio de esos años, cumpliendo el mandato del Señor en relación a los diezmos y ofrendas, se comenzaron a recibir fondos con el propósito, entre otros, de adquirir una propiedad para las reuniones, ya que el crecimiento superaba el espacio de la casa de la familia de los Hotton. 

En el transcurso del año 1978, fecha muy especial por el mundial de fútbol, un grupo de jóvenes de JUCUM (Juventud con una Misión) se establecieron en Córdoba viviendo con algunas familias, enseñando a alguno de los jóvenes a predicar y hablar con la gente en la calle. Fruto de ese periodo se integraron varios jóvenes; entre otros, Humberto Jiménez, José Sanz, y Aníbal Figueroa. Al año siguiente, la incipiente iglesia compró un terreno en barrio Los Boulevares y comenzó a levantar un local. En ese año se casaron los hermanos Carlos Endrek y Alicia, hermanos activos de la iglesia. El Dr. Carlos Endrek siguió activo sirviendo a Dios con su familia, con la música y con los jóvenes, hasta su muerte inesperada en el año 1985. Un año después, continuó la construcción de la nueva iglesia con varios casamientos de por medio, entre ellos los nombrados Humberto Jiménez con Evelina Saint (hija menor de los misioneros Felipe y Ruth Saint, nacida en Córdoba) y José Sanz con Judith Field.

Durante 1981 llegó a Córdoba otro misionero norteamericano, Warren Norcom con su esposa Shirley, pasando a integrar el grupo que pastoreaba la iglesia en esos momentos, colaboraban en ese ministerio además de Don Felipe Saint, Héctor Tallarico, René Zanetti, Carlos Endrek y Pablo Sotola. En 1982, desbordada la casa de la familia Hotton, se decidió continuar las reuniones en el salón de la familia Saint, que durante mucho tiempo se había tratado de evitar a los efectos de no causar disgusto a los hermanos que se congregaban a metros del templo que había construido Don Felipe. En junio de 1983 se agregaron entre otros Alejandro Frete, Carlos y Ruth Frete. Alejandro Frete se casó con Graciela, la hija mayor de Alfredo Hotton, en agosto de 1986.

Durante 1984 el hermano Warren Norcom quedó como único líder del grupo debido al retiro de varios hermanos por diferencias de criterios. En mayo de 1985, a los efectos de dar forma legal al grupo y ante el deseo de comprar una propiedad, se formó la Asociación Civil Comunidad Cristiana Porvenir. En mayo se compró una propiedad en la calle Martel de los Ríos, en Barrio Villa Marta, a pocas cuadras de la casa del misionero, lugar que se había usado por varios años como salón y lugar de reunión de enseñanzas y oración. Es en ese año también que se logró vender la propiedad de Barrio Los Boulevares y así poder terminar con el techo de madera de este último local en Villa Marta, para poder inaugurarlo el 20 de octubre de ese año. 

En enero de 1986, el pastor Norcom, se toma su año sabático y regresa a su país; le recordamos como un excelente maestro de la Palabra. Luego regresó a la Argentina para servir a Dios como misionero hasta su jubilación en 2003.

Jóvenes en la casa de la familia Hotton Villa Centenario 1980
1995
1995

La iglesia por ese entonces y ante un nuevo mover de Dios que culminó en la ciudad de Córdoba con una extraordinaria e inolvidable campaña de más de un mes y medio y en la cual se llegaron a juntar 50.000 personas en la Rotonda del Ala en Av. Fuerza Aérea, con un promedio de más de 10.000 personas por noche, liderada por el predicador Carlos Annacondia. Allí hubo muchos convertidos, con milagros y sanidades por doquier. Nuestra congregación, luego de tener conversaciones con los pastores Juan Masalyka, Francisco Buono, Santiago Zapata y Julio León, deciden afiliarse a la Unión de las Asambleas de Dios. En ese tiempo la congregación recibió como pastor al Dr. Eduardo Sosa Gómez, acompañado por su esposa Edith y 3 hijos, hermano recomendado por los pastores nombrados, siendo confirmado en ese cargo en noviembre de 1986. La decisión de afiliación a la UAD llevó a que algunos hermanos se retiraran de la congregación por el deseo de seguir en la denominada Comunidad Cristiana. 

En marzo de 1987 se recuerda una pequeña campaña con el pastor Buono, quien instaló una carpa en Av. La Cordillera, a pocos metros del templo, colaborando distintos hermanos en el cuidado de la misma, durmiendo en ella por las noches. El fruto se hizo ver con la conversión de varias personas. El pastor Sosa fue incansable en la realización de eventos y en invitar a muchas personas. En el mes de julio, y reconociendo una excelente administración del hermano Alfredo Hotton, y por ofrendas especiales, se logró comprar dos terrenos al frente de la iglesia. El tiempo del pastor Sosa, fueron tres años de mucho evangelismo, con presencia de grandes pastores, cantantes y verdaderos maestros de la Palabra que a pesar de ser una iglesia pequeña fue algo notable para la época. Recordamos la presencia de cantantes y personas muy reconocidos de esos momentos como Eduardo Santoro, Marcelo Patrono, Juan Carlos Fernández (Rabito), Miguel Cejas ex Cuarteto Imperial, y Adrián Juniors, entre muchos otros.

En mayo de 1989 el pastor Sosa invitó al reconocido cantante y predicador Steve Green y su banda, recital que debido a la cantidad de personas que se juntaron se debió repetir en el Estadio del Centro, llegando a juntar más de 800 personas en los recitales, actividad que se realizó con la colaboración de toda nuestra pequeña iglesia. Es durante esos primeros meses que también la congregación tuvo su programa radial que a instancias del pastor se denominó Música con Espíritu, tarea musical y evangelística desarrollada a lo largo de casi 9 meses en la radio LV 2, durante los días lunes a la medianoche, con el acompañamiento de los hermanos Humberto Jiménez y Alejandro Frete. 

Durante el segundo semestre de ese año el pastor Sosa se retiró de la congregación, habiendo desarrollado un ministerio evangelístico y pastoral intenso, continuando con una tarea misionera. El Señor siguió utilizando a este siervo de Dios en distintos países, estableciéndose en Bielorrusia y desarrollando una tarea evangelística. Actualmente sigue ministrando y pastoreando, junto a su esposa Edith Mensio, una congregación en Málaga, España. Fue así que en el transcurso del año 1990 Felipe Saint ungió como pastor al hermano Humberto Jiménez, según las normativas de la UAD. 

Durante los años siguientes se fue consolidando la iglesia con crecimiento de la Palabra de Dios y un enfoque evangelístico y familiar. Diferentes reuniones a las habituales de los miércoles y domingos, se agregaron como la de oración de varones los días martes a la mañana (7 hs.), matrimonios y jóvenes. Por varios años se realizó un programa radial semanal en vivo en Radio Génesis llamado “Radiografía”, con los pastores Humberto y Eve Jiménez, tratando diversos temas, donde una secretaria atendía las consultas telefónicas.

Evangelismo 1996
1996

En febrero de 1993, Don Felipe, producto de un accidente, parte a la presencia del Señor. El hecho ocurre en su amado lugar, el que había construido, en la Colonia de vacaciones de Valle del Lago, donde tanto empeño y esfuerzo puso en su sueño para que fuera un lugar de descanso y refrigerio espiritual para muchos.  Como hecho anecdótico durante el año 1993, el pastor “Pancho” Buono un domingo nos envió a un jovencito con mucha gracia para predicar la Palabra. Es así que con una cara angelical y casi diría de niño, escuchamos una hermosa narración de su conversión. Contó que ocurrió en una humilde iglesia donde apenas había unas cortinas muy sencillas y tan solo un par de sillas. Ese muchacho era Dante Gebel, hoy mundialmente reconocido como un gran predicador, pastor de la Iglesia River en Anaheim, California, Estados Unidos. 

Entonces, en pleno crecimiento, nos sentimos desbordados. Para más, esto motivó inconvenientes y enojos con nuestros vecinos del barrio Villa Marta, y se comenzó a orar para conseguir un lugar más grande para las reuniones, en lo posible en alguna avenida. Tanto nuestro pastor como distintos ministerios que nos visitaban comenzaron a dar palabras proféticas que decían que Dios tenía preparado un mejor lugar para esta congregación. Fue entonces, que luego de una reunión especial con la mayoría de la congregación presente se decidió ponerle el nombre Manantial de Vida. Algunos expresaron que era el nombre que le hubiese gustado a Don Felipe Saint.

En el año 1994 se juntaban un buen número de varones a orar de 7 a 8 de la mañana, y luego cada uno se retiraba a sus trabajos. Un martes de junio del año 1995, uno de los hermanos comentó que en la Av. Cordillera, a unas diez cuadras de donde estábamos, había un terreno con una casa vieja que se vendía. Doce hermanos fueron a ver el lugar, eran las 7,30 hs. de la mañana. Entraron a un terreno largo, era un taller mecánico abandonado que se usó en la reparación de motores de camiones, con un salón al fondo. Allí, tomados de la mano, le pidieron al Señor que querían ese lugar para nuestras reuniones. Hoy podemos ver que fue un acto de fe, fuimos a poseer la tierra por la cual tanto habíamos pedido al Señor. 

El pastor recordaba que cuando fue a ver esta propiedad abandonada, rodeada de terrenos descuidados, no estaba convencido de que fuera el lugar apropiado para la iglesia. Pero su esposa Evelina lo alentó indicando que ese lugar tenía posibilidades y que se podía mejorar. A los pocos días el pastor Humberto y el contador Alejandro Frete se dirigieron a ver al dueño de la propiedad, el Sr. Castillo, en la ciudad de Jesús María. Resultó ser un prestamista y oportunista que había comprado la propiedad en un remate y quería venderla, por supuesto a un buen precio, era hombre duro para negociar. Fueron atendidos con una persona alta y robusta a su lado, una especie de guardaespaldas, e hicieron un primer ofrecimiento monetario, y lo rechazó. 

Mientras seguían conversando, el pastor le preguntaba cuestiones personales ya que había indicios de que no se sentía bien. El Señor empezó a obrar de tal manera que terminó aceptando la oferta y encima aceptó que se pagara en un par de cuotas. Sobre el final de esta única reunión el pastor Humberto terminó orando por él y bendiciéndole. De pronto, esta persona fuerte, arrogante, terminó quebrantado y llorando al igual que la persona que estaba a su lado. Evidentemente Dios quería una congregación en ese sombrío lugar de la ciudad. Al frente había una vieja fábrica de caños y postes abandonada, a 30 metros en una gran arbolada de eucaliptus se encontraba en funcionamiento la gran fábrica Iggam de pintura, cal y aditivos para la construcción. A 100 metros se encontraba la vieja estación de trenes Rodrigo del Busto, también abandonada. No era desde el punto de vista estético un lugar lindo.

Pero la zona no quedó fea por mucho tiempo. En 1998 se inauguró el Dinosaurio Mall, en los terrenos abandonados a una cuadra de la iglesia, un complejo comercial de gran envergadura, incluyendo el hotel Dino Suites. En el 2002 se finalizó la construcción del Superdomo Orfeo, con capacidad para 14.000 espectadores. Allí mismo se realizó la Fiesta del Espíritu Santo por cuatro años seguidos –desde 2005 al 2008 inclusive– con la participación del evangelista Carlos Annacondia, el pastor y misionero Satirio dos Santos, el pastor Alejandro Gómez, las bandas musicales de Puerto Seguro y Kyosko, la periodista Lizzie Sotola, y otros. Hubo presentación de bandas, coros, talleres de todo tipo y exposición de artes. Todo al frente de nuestra Iglesia Manantial de Vida. Luego en la zona se construyó el Holiday Inn, al lado del supermercado Libertad, que se transformó en Paseo Libertad. La congregación de Manantial de Vida quedó en el corazón de toda una zona comercial y turística del norte de nuestra ciudad. La estación de trenes se restauró y volvió a funcionar con un paseo turístico hacia las bellas sierras de Córdoba. Con gran esfuerzo de muchos hermanos, entre diezmos, ofrendas, préstamos de algunos también, se llegó a juntar el dinero y poder adquirir esta propiedad. También, siempre gracias a Dios, se pudo vender los dos terrenos que se tenían frente a la iglesia anterior en Villa Marta, lo cual sirvió en parte para la compra.

En agosto de 1995 se escrituró la propiedad y en el mes de octubre celebramos y con gran gozo nuestra primera reunión oficial, con la presencia de un coro denominado Continental y la visita del pastor Santiago Zapata. Este precioso varón de Dios, ese día habló sobre Hechos 3:1-10, cuando el cojo es sanado con la intervención de Pedro y Juan, y entra con ellos en el templo, andando, saltando, y alabando a Dios. Con mucha gracia el pastor Zapata nos acompañaba en nuestra alegría y nos decía que la iglesia no era solo un lugar de ritos sagrados y para guardar silencio, sino también para saltar, alabar y gozarnos con el Señor por sus hechos maravillosos. Pasaron dos años de mucho trabajo en relación a la refacción y arreglos en general que íbamos añadiendo a esta nueva construcción, pero siempre con la visión prioritaria de predicar el evangelio a toda criatura, preparando siempre personas en el discipulado y apuntando al crecimiento en el conocimiento del Señor Jesucristo.

1997

Gracias a Dios este nuevo salón comenzó también a quedar chico por el crecimiento de la asistencia. Al lado de este nuevo lugar de reunión había un terreno de igual dimensión, de unos 15 metros de frente y 40 metros de fondo. Nuestro primer paso fue contactarnos con su dueño y pedirle que nos permitiera usar el terreno. A cambio nos pidió que se lo limpiáramos, tarea que logramos hacer, siempre con la colaboración y esfuerzo de todos. En ese lugar había un depósito sin techo enorme, estaba lleno de chatarra y esqueletos para bebidas, nos llevó un par de días para recoger los más de 6.000 kilos de chatarra que se juntaron y cargarlos en un camión que poseía el hermano Carlos Frete, y fueron a parar a una empresa justamente de chatarra de esa época. El terreno permitió estacionar ahí nuestros autos los días de reuniones, pero también se usó en diversas actividades con los niños. Por un tiempo se abrió una pequeña escuelita de fútbol con el hermano Roberto Krauseman, un exjugador de futbol profesional que concurría a nuestras reuniones. El Ministerio Ice Cream para niños, atendido por los misioneros Patricia y Mark Kinney hizo una tarea evangelística en el baldío, con su gran camión equipado, alcanzando a muchos niños. Nuevamente, inquietados por el Señor, los hermanos comenzaron a orar para que este terreno fuera nuestro gran salón de reuniones. Sin ser nuestro, ya lo estábamos poseyendo y usufructuando. En ese momento vino a visitar la congregación el pastor Carlos Belart, quien luego de ministrar la Palabra, acompañó al pastor Humberto a ver el terreno lindero, y dijo: “Tienen que comprar este terreno”.

En 1997, la primera reunión que se tuvo con el dueño del terreno, un comerciante y fabricante de lonas, Sr. Baggini, terminó con un no muy rotundo en cuanto a venderlo. Es más, este empresario pidió si la iglesia le podía pagar un alquiler por el uso que le estábamos dando. Un hermano de la congregación, ante tal negativa, dijo, “entonces, vamos a tener que negociar el día de mañana con los hijos de este hombre”. Cuando el Sr. Baggini preguntó para qué queríamos la propiedad, el pastor le contestó que era para construir un templo. Inmediatamente este hombre dijo que jamás vendería el terreno para una iglesia evangélica. Nos contó que había tenido un socio evangélico que lo había estafado y por lo tanto, estaba resentido y enojado. No obstante la congregación siguió orando por ese lugar, pidiendo a Dios que tocara su corazón para que nos vendiera el predio. 

A los dos meses, el Sr. Baggini llamó al pastor para decirle que lo quería ver. Él fue quien convocó a esta nueva reunión. El pastor Humberto y Alejandro Frete fueron a una pequeña oficina que tenía, allí estaba también la esposa de Baggini. Contó que había sufrido un infarto de corazón y había estado internado. Estando en el hospital, él contó que el Señor Jesús lo visitó en su casa y le dijo que vendiera el terreno al pastor y en el precio que le habían ofrecido para comprarlo. Mientras el Sr. Baggini hablaba, el pastor observó que su esposa estaba muy afligida, y le preguntó si se sentía bien. Ella contestó que no, que estaba muy preocupada por su hijo. El pastor, guiado por el Señor, le expresó que el problema de su hijo había comenzado con su nacimiento, en su parto. La mujer reconoció que el parto había sido muy difícil. Ella se quebró en su relato. Alejandro y el pastor Humberto terminaron orando por su hijo, y ella quedó bastante mejor y aliviada. Acordaron el precio, y al despedirse de esta reunión, el Sr. Baggini se dio vuelta para decirle: “Pastor, se va a sorprender lo rápido que se va a construir ese templo”, y se fue.

En setiembre de 1997 se escrituró ese anhelado terreno, porque no solo aceptó la oferta de compra, sino que se terminó abonando en más de 30 cuotas el saldo adeudado que por obra y gracia de Dios pudimos cumplir, siempre con la colaboración enorme de los hermanos mediante ofrendas de todo tipo. En el momento de escriturar este terreno, la escribana de la iglesia, en medio del trámite, le preguntó al Sr. Baggini: “¿No le va a pedir una hipoteca por el saldo de esta compra? El pastor Jiménez y el contador Frete no son los dueños de esto, sino que representan a una asociación. Si ellos llegan a morir o no cumplir con los pagos, ¿quién se hace cargo de esta deuda?” El pastor Jiménez le respondió un poco en broma, “escribana, ¿de qué lado está?”. Ella tenía razón, pero el Sr. Baggini no quería generarnos más gastos. Finalmente se acordó realizar una hipoteca figurativa, en lugar del saldo que era de 30.000 u$s por solo 5.000 u$s.

En ese tiempo se vendió la propiedad de la calle Martel de los Ríos y así se pudo comenzar la construcción del salón para unas 400 personas, como se nos había profetizado en varias ocasiones. Al tiempo, después de la compra de esta segunda propiedad, Dios le dijo al pastor que escribiera la visión. Le dijo que contratara un arquitecto y que dibujara los planos para el nuevo terreno. Según cuenta el pastor, llamó a regañadientes a un arquitecto quien le diseñó los planes del futuro templo y demás instalaciones. Pagando las cuotas que faltaban de la nueva propiedad, pocos ingresos quedaban para pensar en construir. En un momento en que el pastor mostró los planos a los obreros en una reunión habitual que tenían, vio que miraban con una expresión de sorpresa, ya que se venía haciendo un gran esfuerzo por terminar de pagar la primera propiedad. Más adelante, el pastor sintió de parte de Dios de preparar un presupuesto de lo que costaría el nuevo templo. Nuevamente pidió a un arquitecto que presupuestara detalladamente los materiales necesarios y la mano de obra. En ese momento eran 36.000 u$s. Esos planos y la información quedaron archivados en la oficina del pastor.

Unos meses después, un empresario, junto a su familia comenzó a congregarse. Al finalizar una reunión dominical, pidió hablar con el pastor. Entraron a la oficina pastoral, y él le preguntó: —¿Cuál es la visión de la iglesia? –El pastor se acordó de los planos y presupuestos, y se los mostró. El empresario los miró detenidamente, y preguntó–. ¿De qué sería el techo y cuánto costaría construirlo? Ahí el pastor entendió por qué Dios le había insistido en preparar los planos. —El techo está proyectado de chapa de zinc, y cuesta 11.000 u$s –le respondió el pastor. El empresario estuvo pensativo unos momentos, y luego preguntó: —¿Te sirven 300 u$s por semana? El pastor comenzó a hacer cálculos, entendiendo que serían 1.200 u$s por mes, y le contestó: —¡Claro que sí! El empresario le dio instrucciones de pasar cada semana por su oficina para retirar el dinero. Así comenzó a construirse el salón principal sobre el terreno baldío, y Dios fue proveyendo mes a mes, sin parar. Cuando se completaron el techo, el contrapiso, y las paredes, ya era verano, y el pastor animó a la congregación a mudarse al salón. Al llegar el invierno, el lugar se puso muy frío y los hermanos comenzaron a sufrirlo. Pero al estar con los gastos más importantes, la iglesia no contaba con fondos para comprar las ventanas y colocar los vidrios, el portón principal y las puertas laterales.

El pastor logró conseguir un préstamos de 6.000 u$s, para así fabricar las aberturas y colocar vidrios de policarbonato. En este tiempo, se pidió la ayuda a José Roca, constructor, y la ayuda de varios ayudantes para poner manos a la obra en esta etapa. José Roca, en medio del enorme movimiento que significó acondicionar y construir en los dos terrenos, fue un gran aporte tanto por sus conocimientos en la construcción, su gran humildad, honestidad, fe y confianza en el Señor. La iglesia está agradecida a José, Gloria su esposa y Ezequiel su hijo. Fue un gran esfuerzo para toda la congregación, no solamente en el aspecto económico y práctico, sino en continuar con las enseñanzas, la evangelización y tareas de iglesia. Dios nos sorprendió cada día, ordenando nuestra agenda. Hoy se puede decir que la propiedad de Manantial de Vida en Av. La Cordillera 3469 es un milagro, una obra de Dios. Alejandro y Graciela Frete, junto a sus hijos, fueron de apoyo incondicional, un maestro excelente de la Palabra de Dios y consejero multifacético en lo espiritual y práctico de la congregación. El pastor y Alejandro Frete siempre afirman: “Le creímos a Dios”. 

1999 En Barrio Cerro Chico, Ciudad de Córdoba
Niños 2000

La iglesia Manantial de Vida cuenta con el gran aporte y la siempre presente colaboración de Nancy y Oscar Bustos y sus hijos, hermanos fieles, leales y siempre dispuestos a hacer lo que hace falta para la obra del Señor. Por años han estado a cargo de la educación bíblica de los niños. Varios otros miembros y participantes se recuerdan por su esfuerzo y compromiso durante años: Valentín y Valeria Alarcón, Andrea y Elio Caneiro, Juan José y Carmen Brocanelli. Alejandro (hijo del hermano diácono que sirvió por años en la congregación) y Vanesa Crapa, Rolando y Miryam González, Juan José y Carmen Brocanelli, y tantos otros que aportan semana a semana sus dones y talentos para bendecir la ciudad y la congregación. En dos ocasiones más, la congregación participó de la segunda campaña del evangelista Carlos Annacondia en la ciudad de Córdoba, en 2013, como también colaborando con el Festival de Luis Palau en 1999, que se llevó a cabo de manera multitudinaria en el Parque Sarmiento, de la ciudad de Córdoba. El equipo latino de Enfoque a la Familia tuvo capacitación y talleres en nuestro salón, como muchos otros ministerios, como Haciendo Iglesia, del pastor Barriger de Perú, entre otros.

El siglo XXI encontró a la iglesia en una etapa de constante crecimiento, tanto en el armado del lugar de las reuniones (esto es salón grande, construcción de techo, pisos, aulas), como también extendiendo en la zona la Palabra de Dios, realizando visitas a los hospitales, pintando murales, limpiando baldíos, colaborando con merenderos, y haciendo actividades solidarias en diferentes barrios, colaborando con otras iglesias. Muchas actividades evangelísticas se han realizado, en campañas con pastores muy reconocidos, se produjo por varios años la revista mensual Focus, se realizaron programas de radio, distribución de folletos por las casas, discipulando jóvenes que hoy son pastores y misioneros en distintos lugares, creciendo de una u otras maneras a los efectos de cumplir con el mandato del Señor de “ir y predicar el evangelio”. Desde el año 2015 la propiedad de Manantial de Vida ha servido como sede del Concejo Pastoral de Córdoba, en donde se reúnen de manera mensual el primer miércoles de cada mes entre 70 y 100 pastores de la ciudad para tomar un desayuno, capacitarse con el Programa Nacional de Nivelación Pastoral (PNNP) de Argentina Oramos por Vos, y trabajar para la ciudad. Todos los demás miércoles del mes los pastores se reúnen a las 9 hs. para orar juntos, desde hace ya seis años.

Horita feliz 2000
Visita del Ministerio de Enfoque a la Familia a Córdoba 2004

Manantial de Vida (MdV) ha servido a su comunidad de muchas maneras. En un tiempo funcionó un comedor para las familias de personas internadas en el Hospital Neonatal, a unas pocas cuadras del salón. Se realizaron talleres de la Municipalidad para que adultos aprendieran a leer. Se han realizado confraternidades para jóvenes de la ciudad, como también talleres y capacitaciones para líderes. En el año 2015 se realizó una capacitación para ayudar a los que padecen adicciones, en donde 50 pastores y líderes se capacitaron y recibieron el certificado de Operador Socioterapéutico. MdV ha ofrecido sus instalaciones para talleres del Congreso de Jóvenes que organiza la Iglesia Cita con la Vida, que se hace anualmente en Pascua, en el Superdomo Orfeo, recibiendo a miles de jóvenes de varias naciones.

Manantial de Vida ofrece capacitación continua para aprender instrumentos musicales y canto, y ya han pasado muchos alumnos por su Escuela de Música. 

Por las puertas de MdV han pasado diputados, políticos, asesores, el intendente de la ciudad y tantos otros para reunirse con los pastores. Desde MdV se han planeado las marchas a favor de la vida que se realizaron el 10 de junio de 2018, el 26 de marzo del 2019, y el 8 de agosto de 2019. (Recordamos que el 4 de agosto se realizó una reunión multitudinaria frente al Obelisco en CABA, con unos 550.000 participantes). 

En diciembre del 2018, también se formó REDECO, la Red de Educadores Cristianos Evangélicos de Córdoba, quienes han trabajado incansablemente a favor de la educación cristiana. También en 2018 el líder de jóvenes de Manantial de Vida, Julio Vilchez junto a su esposa Giselle, abrieron un anexo en el barrio Argüello de la ciudad, extendiendo aún más el brazo evangelístico y solidario de la iglesia, hoy siguen realizando reuniones y actividades de enseñanza de la Palabra, como también para niños.

Hoy solo podemos dar gracias a Dios por los años de servicio y bendición que han resultado de la tarea de la congregación de Manantial de Vida. Podemos decir que ciertamente Dios ha sido fiel y nos ha sostenido estos años. Dios mediante, seguiremos hacia adelante para evangelizar y servir a nuestra ciudad.