2 Timoteo 3:1 (RVC) «También debes saber que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos.»
En v. 10 el apóstol dice: “Pero tú, Timoteo, conoces bien mis enseñanzas, mi manera de vivir y de pensar, y sabes cuánto confío en Dios. Tú has visto mi paciencia, mi amor y mi fuerza para soportar las dificultades.” Lo que realmente somos se revela en tiempos difíciles.
La palabra “tiempos” indica estaciones de tiempo, años, meses. La palabra difícil significa “salvaje, violento”.
Hoy estamos viviendo tiempos difíciles, de impacto, de malas noticias, de guerras, persecución religiosa… ¿Qué nos toca hacer o ser como cristianos en estos tiempos difíciles? Tienes al Espíritu Santo para consolarte y fortalecerte.
No busques evitar el sufrimiento, pero busca aprender y crecer en medio del mismo. Dios está más interesado en hacerte santo que en hacerte feliz. Dios quiere que seas cada vez más como Jesús, y en el proceso del dolor y sufrimiento es cuando se puede formar el carácter de Cristo en nosotros. Dios tiene un propósito bueno y útil para tu vida. Pregúntale a Dios qué significado tiene lo que estás viviendo, para que sepas y entiendas para qué lo puedes “aprovechar”. Quizás Dios no te conteste algunas preguntas, por eso es un tiempo de desafío a tu fe. Lo que puedes pedirle a Dios es que te ayude a ser sabio y a caminar en integridad cada día.
Pero toma tiempo de analizar tus dificultades: pueden ocurrir por varias razones, por estar en un mundo caído, por ser una disciplina de Dios, un entrenamiento espiritual, o puede ser consecuencia de nuestras malas decisiones. Ponte en humildad delante de Dios para entender qué cosas debes ordenar, cambiar, o simplemente sobrellevar. Es tiempo de vivir vidas sencillas, ordenadas. Elige corregir tus errores, aprender las lecciones que Dios tiene para vos. Quizás estés sufriendo por ser un hijo de Dios, y el mundo resiste muchas veces que seamos rectos e íntegros.
Sigue tu fe, no tus emociones. Elige creer que Dios está en control de las cosas, que te ama, te acompaña y que nunca te desamparará. Las emociones suben y bajan, son irracionales e impredecibles. En los tiempos difíciles tienes que afirmarte en la verdad, en la Palabra de Dios, que es creer aun cuando no entiendes por qué ocurren las cosas. Ej. De Marcos Witt. Es el tiempo de ejercer tu fe y tu voluntad espiritual en mantenerte firme y obediente.
Ellige ser fiel, elige continuar cada día conectado con Dios. Sigue en su voluntad. Muchas veces no sabemos cuál es la voluntad de Dios porque no la queremos entender. Dios ya nos indica claramente muchas cosas en Su Palabra que debemos estar haciendo. Toma decisiones y actúa en ellas. No postergues cosas que necesitan ser atendidas.
Aprende a hacerte las preguntas correctas. Aprende a preguntar cuáles son tus motivos por hacer las cosas. Aprende a examinar tu corazón y limpiarte de amargura, ansiedad y temor. Hay tres fuerzas que operan en nuestras vidas: el temor, que nos aleja de lo que tenemos que hacer, el enojo, que nos lleva a confrontar y atacar, y el amor, que nos lleva a acercarnos y bendecir.
Algunas preguntas:
¿Estoy viviendo en sabiduría? ¿Tengo mi vida en orden? ¿Qué debo cambiar para crecer espiritualmente? ¿Cómo está mi familia, mi matrimonio, mis hijos, mi trabajo? ¿Qué enojos y resentimientos tengo que resolver?
Pasa tiempo con Dios por medio de la oración, meditación y lectura de la Palabra y buenos libros, tanto más en tiempos difíciles. Ej. Del cuerpo ante una reacción de estrés, se enfoca en la necesidad del cuerpo. Aliméntate continuamente de lo que te fortalece y te edifica.
Descansa lo necesario, cuida tu salud, vive en lo posible en paz con todos. Recordemos la vida de José, que vivió dos terribles injusticias, en manos de sus hermanos que lo vendieron a esclavitud, y en manos de la esposa de Potifar. Pero José, años después, entendió que Dios tenía un propósito: Génesis 50:20 (RVC) “Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios cambió todo para bien, para hacer lo que hoy vemos, que es darle vida a mucha gente.”
Los tiempos difíciles nos confrontan con esta realidad. ¿Nos vamos de dejar estar o vamos a seguir dando vida?
Sigue brillando. Sigue hablando palabras de fe. Sigue inspirando a otros. Sigue creyendo que hay luz fuera del túnel. Sigue creyendo que tienes valor y tienes propósito. Ej. De viñedo, en donde el dueño escatima el agua para que las raíces se hagan más profundas y las uvas más dulces.